15 marzo 2010

Los nuevos tiempos, el nuevo Chile, la nueva forma de gobernar.

De regreso al blog. Ha pasado bastante tiempo, en el intertanto me cambie de pega, y he tenido poco tiempo (y motivacion tambien).

Y para volver, hablemos de lo que nos ha pasado en estas ultimas semanas: terremoto y cambio de gobierno (y de color politico). No es poco, todo a la vez es una tremenda prueba.

El terremoto no podia venir en mejor (o peor) momento. Una tragedia para gran parte de pais, que ha implicado muertes, destruccion de viviendas y caminos, con perdidas de trabajos, y con importantes efectos sobre la salud mental de las personas, puede terminar siendo una oportunidad de oro para un gobierno entrante, el que ha demostrado serias vacilaciones en sus primeros dias. La verdad que esto ultimo tampoco es tan grave, dado que desempenarse en el Estado no es algo que se aprenda en un par de semanas ni en los libros. En ese sentido, le entregare el beneficio de la duda.

Como lo veo, un gobierno que ha basado su discurso en que la eficiencia y eficacia son las virtudes exclusivas de su discurso y accion, deben darle a la gente que finalmente las soluciones a la catastrofe seran facilmente elaboradas y puesta en accion, y que el margen de error es bastante mas amplio del que parece. Que el discurso pretensioso y prepotente, a ratos, da resultados cortoplacistas. Que la tarea de levantar casas, escuelas y hospitales, sera una tarea muy posible y que tiene la unica restriccion de los recursos y de las "rigideces" que dejaran los gobiernos predecesores. Que ironia.

Que Chile ha cambiado con el terremoto, no cabe duda. Ciudades enteras y su gente, tendran que levantarse y rearmarse fisica, social culturalmente casi de la nada (un sociologo lo diria mucho mejor yo).
Que la nueva forma de gobernar, y el nuevo Chile, lleguen, habra que esperar.