Padre de Familia (The Family Guy)
Este será mi segundo comentario televisivo. La verdad es no soy muy asiduo pegarme a las series de televisión, pero en este último tiempo el DVD me ha dado la posibilidad de ver algunas que cuando las daban en televisión no las pescaba mucho.
Una de ellas es Padre de Familia (Family Guy), serie animada creada por un gringo llamado Seth MacFarlane, que apenas tiene 33 años, y que trata de una familia que a diferencia de muchas sitcoms y series gringas (incluido por cierto Los Simpsons) es absolutamente atípica. Disfuncional sí, para que la cosa tenga gracia, pero rarísima. Una familia donde el padre, Peter, es un gordo que no sirve para nada y que todo lo que hace y dice es una metida de patas; una madre, Lois, abnegada por su familia pero donde nadie parece hacerle mucho caso; Meg, la hija mayor que resume todos los males de las niñas adolescentes; Chris, el segundo hijo de 13 años pero que piensa y habla como si tuviera 5; y finalmente los dos personajes que son para mi el alma de la serie: el perro, Brian, que habla, es intelectual, y adicto a los martinis; y el bebé Stewie, un ser que desde su nacimiento sueña con conquistar el mundo partiendo por liberarse del yugo materno.
La verdad es que la descubrí hace 4 años y me volví adicto. Tengo las 4 temporadas y trato de seguir la 5ª por TV (aunque ya la encargué a Amazon en DVD). Y es que su principal gracia es su descarada irreverencia y humor negro, en que las alusiones de todo tipo, a todo tipo de personajes son la raíz de cada capítulo, si bien confieso que a veces las referencias son a personajes que no siempre conozco. Cada vez que veo un capitulo siento que hay que gente que es capaz de interpretarme en aquello que a uno lo hace reír. Es como sentir que los que escriben cada uno de los capítulo de Family Guy deben ser tipos más o menos parecidos a mi, que se ríen de las mismas tonteras que yo, o que se quieren reír de las mismas cosas de las que yo no me atrevería a reír (esa es la esencia de la irreverencia al fin y al cabo), o que puede ser tan ácido como yo a veces soy.
No sé si tenga la trascendencia de Los Simpsons (al menos su popularidad no la tiene), pero es uno de los pocos aciertos de la tele de los últimos años, desde mi particular punto de vista. Creo que bien vale la pena darle un vistazo.
Una de ellas es Padre de Familia (Family Guy), serie animada creada por un gringo llamado Seth MacFarlane, que apenas tiene 33 años, y que trata de una familia que a diferencia de muchas sitcoms y series gringas (incluido por cierto Los Simpsons) es absolutamente atípica. Disfuncional sí, para que la cosa tenga gracia, pero rarísima. Una familia donde el padre, Peter, es un gordo que no sirve para nada y que todo lo que hace y dice es una metida de patas; una madre, Lois, abnegada por su familia pero donde nadie parece hacerle mucho caso; Meg, la hija mayor que resume todos los males de las niñas adolescentes; Chris, el segundo hijo de 13 años pero que piensa y habla como si tuviera 5; y finalmente los dos personajes que son para mi el alma de la serie: el perro, Brian, que habla, es intelectual, y adicto a los martinis; y el bebé Stewie, un ser que desde su nacimiento sueña con conquistar el mundo partiendo por liberarse del yugo materno.
La verdad es que la descubrí hace 4 años y me volví adicto. Tengo las 4 temporadas y trato de seguir la 5ª por TV (aunque ya la encargué a Amazon en DVD). Y es que su principal gracia es su descarada irreverencia y humor negro, en que las alusiones de todo tipo, a todo tipo de personajes son la raíz de cada capítulo, si bien confieso que a veces las referencias son a personajes que no siempre conozco. Cada vez que veo un capitulo siento que hay que gente que es capaz de interpretarme en aquello que a uno lo hace reír. Es como sentir que los que escriben cada uno de los capítulo de Family Guy deben ser tipos más o menos parecidos a mi, que se ríen de las mismas tonteras que yo, o que se quieren reír de las mismas cosas de las que yo no me atrevería a reír (esa es la esencia de la irreverencia al fin y al cabo), o que puede ser tan ácido como yo a veces soy.
No sé si tenga la trascendencia de Los Simpsons (al menos su popularidad no la tiene), pero es uno de los pocos aciertos de la tele de los últimos años, desde mi particular punto de vista. Creo que bien vale la pena darle un vistazo.